domingo, 15 de noviembre de 2009

Prostitución en calles de Cajamarca

Prostitución infantil en las calles de Cajamarca.

Cajamarca - Perú.- La Explotación Sexual Comercial de niños, niñas y adolescentes en las calles de Cajamarca, la mal llamada prostitución infantil (pues un niño no se prostituye sino que es prostituido por un adulto que lo explota), se convierte hoy en algo habitual. Todos los fines de semana las inmediaciones de los jirones Alfonso Ugarte, 11 de Febrero, del Batán o la vía de evitamiento, son escenarios de este comercio ilícito del sexo. Para nadie representa un secreto que son decenas los menores de edad que son obligados a ejercer la prostitución en la ciudad de Cajamarca. Los centros nocturnos y cantinas, son muchas veces el albergue para este ilícito negocio de la Explotación Sexual Comercial Infantil.Cuando la dignidad de las personas es pisoteada a cambio de dinero, sólo indica que los principios morales son nada. Cuando quienes ejercen este oficio son menores de edad, y son los adultos los que buscan satisfacer sus bajos instintos, se habla de pedofilia.
Los vecinos de estas zonas son mudos testigos de esta realidad que asola Cajamarca. A pesar de sus múltiples denuncias ninguna autoridad o institución actúa para frenar esta situación.
Se exige a las autoridades tomar cartas en el asunto, esta situación es un pésimo precedente para la ciudad en muchos aspectos.

Crónica: S/. 100 por una virgen
Cuando "Jhoana" ingresó por primera vez a un centro nocturno tenía apenas 13 años. Ahora tiene 17. Lleva cuatro años siendo explotada sexualmente y acude a ese centro de "diversión" todos los fines de semana. Nunca imaginó que a ese sórdido mundo la llevara de la mano su propia madre. Aquella mujer que le dio la vida cobró 100 nuevos soles por su virginidad, la cual perdió la primera noche que durmió con un hombre, en el sucio cuarto de ese cabaret de mala muerte.Después de la primera noche, "Jhoana" juró nunca más volver a ese asqueroso lugar. Los planes de su madre eran distintos. Estaba claro que la vida de "Jhoana" no iba a transcurrir entre peluches y cobres musicales, no tendría derecho a jugar con sus amigas o enamorarse. Para "Jhoana" estaba determinado el oficio más antiguo del mundo. Ganaría dinero, utilizando su cuerpo. "Total, a nadie le importa una prostituta de barrio pobre" dice apenada.
Caminar por las calles de jirón Alfonso Ugarte, un fin de semana, significa realizar un metafórico viaje al infierno de Dante. La miseria de la zona, los pandilleros y ladronzuelos de poca monta, el consumo de alcohol y drogas, hace de este sector de la ciudad, una zona peligrosa, donde no es fácil caminar con tranquilidad. Las miradas lastiman y evalúan a los visitantes. Nada es gratis, ni por cortesía. De todos debes desconfiar, no se sabe quien tiene un puñal o un "fierro" y está dispuesto a terminar con tus días en este valle de lágrimas por miserables "diez soles".
Este es el mundo de "Jhoana". Todos los días recorre estas calles y se dirige a uno de los muchos night clubes de la zona. Necesita dinero para poder sobrevivir, para mantener a su madre. "La luz y el agua no son gratis. Además, hay que ahorrar para el futuro. Hay que ser realistas, la juventud no es eterna. Se acaba" expresa serenamente. Siempre habrá más jóvenes y bonitas. Más vírgenes por cien nuevos soles.
Los ojos de "Jhoana" son bellos. Lástima que el color caramelo de aquellos iris, contrasten con la amarga expresión de su mirada. Arisca, y siempre a la defensiva. Pareciera una mujer de cuarenta años, por la manera como habla. Pero su juventud y lozanía develan su verdadera edad. "Es una señorita de los bajos mundos" como se califica.
"Los hombres vienen y me buscan. Les encantan que les diga que soy su niña. Son unos asquerosos. No valen nada para mí. Sólo los atiendo y listo. No me importa su vida o sus problemas, con los míos tengo más que suficiente. Esto es trabajo. No se necesita saber más o llorar por lo que te pasa. El hambre nunca pasa. Tener hambre es una desgracia", dice "Jhoana" mientras muerde el cigarrillo que tiene entre los dientes, y deja saber que la procesión va por dentro. A pesar de la dureza de sus palabras, no puede ocultar la tristeza que le produce saber que no es feliz.
Cajamarca "La bella" sólo tiene de belleza ese adjetivo. Basta con dar un vistazo por las zonas más pobres de la urbe para comprobar que la belleza sólo es una utopía. Un sueño que nos lo hizo creer nuestros abuelos y padres. La actual generación, no conoce nada de Cajamarca. Sólo conoce que en los centros nocturnos hay sexo para todos los bolsillos. Que "El polvorín" es el prostíbulo de la ciudad. Que los jirones Alfonso Ugarte, Del Batán, en la vía de evitamiento, y cerca de la Catedral, se encuentran las "niñas". Que el trago es barato y la marihuana algo cara. Que es de "fichos" tener moto y mejor si tu viejo te presta su cuatro por cuatro. Eso es Cajamarca.
Para "Jhoana", Cajamarca es su cárcel sin barrotes. Vive en una casa sencilla, en una zona no tan peligrosa. Come tres veces al día, gracias al trabajo que realiza por las noches y salvo casos especiales, en el día.
Todos los vecinos saben que es una prostituta. Que su madre la entregó a "la mala vida". Son mal vistas por las vecinas. Son de mejor ver, por los vecinos. Pero a la hora de comprar en cualquier tienda, su dinero vale igual que el más decente."Aquí todos son hipócritas. Bien que les gusta el dinero. Aquí todo es plata. Si te faltan los soles en el bolsillo no eres nadie. A todos les gusta el dinero, a todos les gusta el sexo. Sólo que no lo dicen. Es mejor criticar que ser sinceros. A mí me llegan todos, no importan lo que diga la gente. Yo vivo bien y se acabó", dice con un tono altivo aquella niña de ojos caramelo.
Si alguien le pregunta si se ha enamorado, ella contesta en forma tajante que "nunca cometería semejante cojudez. Un hombre te dice te amo, que nunca te dejará de amar, y te compra un disparate de tres lucas, y a la primera que puede, se revuelca con una como yo. ¿Tú crees que existe el amor?".

Es sábado por la noche. A las siete de la noche, "Jhoana" ya está lista para ir al "trabajo". Los labios bastante pintados. Los ojos enmarcados en un profundo negro. La minifalda y los tacones hacen juego. La niña-mujer está lista para una noche de intenso trabajo, entre copas y sábanas. En una buena jornada obtendrá 200 soles. Mientras siga joven, el dinero no faltará. Los clientes siempre piden a las menores. Cuanto más la desgasten los años menor será su remuneración. "Jhoana" es conciente de ello. Por eso ahorra, para un buen día, dejarlo todo, irse lejos de esta ciudad del "auge económico", de las "grades inversiones", del alto índice de "producto bruto interno", del gran "canon minero", del "tesoro de Atahualpa", esa ciudad que hoy le da la espalda.

Publicado el viernes 10 de agosto del 2007; por Red Peruana contra la Pornografía Infantil RCPI - Perú .
http://nopornoinfantil.blogspot.com/2007/08/explotacin-sexual-comercial-infantil-en.html

3 comentarios:

  1. muy buen artículo, realmente nos estremeció leer que fue su propia madre la que inició a Jhoana en ese mundo tan sórdido. No sólo las autoridades deben hacer algo contra esta práctica, sin duda somos cada uno de nosotros los que cambiaremos la sociedad.

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  2. Eso es el crecimiento que tiene cajamarca durante todos estos años de mineria lo unico que a crecido es la prostitucion,corrupcion y la delincuencia,y asi el resto es todo una mierda

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  3. llamen a mi celu 990468741

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